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martes, enero 01, 2008
Hubo de todo: el fin (momentáneo, seguramente) de la sicología, el exitoso segundo round con el periodismo (y el primero con el verdadero), decirle que no a una maestría fuera del país y que realmente no planeé, conocer a buenos amigos, entender, de alguna forma, que de esto está hecha la vida, ver poco cine (casi nada realmente), ir a pocas muestras, romperme el lomo trabajando (tanto como para sufrir de ataques de pánico por algo más de un mes) y acabar el año con un apagador dolor estomacal que me tiró en la cama. Ha sido un año difícil, pero a la larga bonito. He crecido como debe: a punta de golpes. Y he comprendido que una virtud tatuada desde mi niñez es mi capacidad de sobreponerme rápidamente a eso. Se viene el 2008 y con él la esperanza de poder, al fin, escribir el libro que quiero escribir, y de reconectarme a este cinesífilis que parece haberse apagado. Todo es momentáneo. Feliz 2008.
Escrito por Alberto Villar Campos @ 10:35 p. m.,
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