THE SANDLOT
martes, mayo 02, 2006
En 1993 yo tenía 12 años, vivía en Colombia y jugaba al béisbol todas las tardes en una cancha improvisada en el parque frente a mi casa. Eran tiempos simples: pocas horas de colegio (tan rápidas que ya casi ni las recuerdo), uno que otro amor platónico y fugaz (no tan grande como para quitarme el sueño), televisión por cable y, sobre todo, un entrañable grupo de amigos a los que, ahora, en medio de la nostalgia más petrificante, he perdido de vista, quizá para siempre.
Ese año, el segundo en ese país que hoy evoco algo cansado, repito, jugué al béisbol todas las tardes e incluso de noche, con las luces blancas de los postes cayendo sobre nuestros cuerpos, mojados tal vez por una lluvia implacable, infinita. Entraba a la adolescencia así, haciendo lo que mejor sabía: dilapidando el tiempo entre conversaciones intrascendentes, bromas estúpidas, una que otra lágrima y, sobre todo, querido por extraños que, junto a mí, vivían para una sola cosa: el béisbol.
Esta noche, la memoria me lleva a recordar una película que llevaré conmigo hasta la muerte. Soy consciente de que a lo mejor esta no es una película famosa. Da igual: este blog es para cuando hayan pasado muchos años y yo deba obligarme a ver hacia atrás.
“The Sandlot” es un niño nuevo en el vecindario viendo cómo todo alrededor suyo parece ir de las mil maravillas sin él; es un niño que, luego, se juntará con otros niños que parecerán odiarlo al principio, pero que terminarán por aceptarlo como uno más de la patota, como si no hubieran años que los separaran; es un niño tímido y torpe aprendiendo a encajar un guante en su mano, aprendiendo a lanzar una bola y aprendiendo a batear; un niño que un día robará una bola autografiada por Babe Ruth (¡!), propiedad de su padrastro, y que deberá, junto con los amigos, encontrar la forma de recuperarla, luego de que ésta caiga en un patio donde al parecer habita un perro enorme, un monstruo; es también un niño de lentes que se enamora de una bella salvavidas y que no se detendrá hasta robarle un beso; es un gordito que prepara sándwiches de galletas con chocolates y malvaviscos y se molesta de todo; es una noche en un parque de diversiones vomitando el tabaco que antes habían masticado; es un sueño en el que Babe Ruth te dice que deberás enfrentar al perro enorme e ir por esa bola; es la travesía imposible por el vecindario, el can detrás rugiendo como un león, salvando esa bola babosa y sin piel que es ahora el regalo del padre. Es todo eso y más. Es una película para niños sin valor para el mundo pero impagable para alguien que, como yo, creyó que la vida, a los 12, era simplemente mandar una bola a las graderías de un batazo.
Sin esa película circulando en mi vida como quien no quiere la cosa, tal vez hoy yo no sería quien soy. De la nostalgia, pienso, nacen las buenas historias. Esta es una buena historia. Quiero creer que es también un poco mía. Lo he dicho antes: por qué no creerlo.
Escrito por Alberto Villar Campos @ 10:13 p. m.,
11 Comentarios:
- At 5:38 p. m., Alex Guerrero Valverde dijo...
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Jamas jugue al beisbol, es mas ni me atrae, pero esa sensación de pandilla, amistad, respeto por tu espacio, además de los personajes entrañables hicieron de esta pelicula hace ya mas de 10 años creo que una de mis incondicionales....que de hecho tengo que volver a visitar porque yo soy un niño de 13 en el cuerpo de uno de 33...
- At 2:45 p. m., Alberto Villar Campos dijo...
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Gracias por comentar. Hoy ni siquiera podría pararme en un diamante: sería tan torpe como vergonzoso. Esta película siempre será todo lo que yo quise (y fui) ser.
Saludos. Suerte. - At 10:29 a. m., dijo...
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Me conmocionó la narración. Yo también desee algo parecido pero, las circunsatncias no se prestaron. En fin, me satisface ver que es posible, y que algunos aunque no sea yo pudieran vivir experiencias tan lindas con amigos y juegos en medio.
Saludos, VirtualPoster.
escudovirtual@msn.com - At 2:19 p. m., Alberto Villar Campos dijo...
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Nunca es tarde. Has oído hablar de los tardoadolescentes?????
- At 12:18 a. m., Neco dijo...
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Bonito el comentario y la relación que tienes con la película...
Yo por mi parte la vi muy de pequeño e igual me encantó, aunque no soy deportista para nada, y aunque no es lo mismo ahora que soy mayor, aún tiene su encanto.
Es una de esas películas que te devuelven a ser un niño. De cierta manera a mí también me daba miedo ese perro.
Muy buena página, por cierto. - At 3:16 p. m., Alberto Villar Campos dijo...
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Gracias por el comentario, Neco. Parece que, finalmente, no somos pocos los que encontramos en ella una película entrañable.
- At 10:44 p. m., dijo...
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Soy de Lanús este, Bs. As., Argentina.Tengo 20 años. coincido totalmente con lo que dicen de esta pelicula... sin dudas que esta pelicula es mi favorita de cuando era chico y es algo fijo que cuando la estan dando por cable o por un canal de aire un sabado o un domingo a la tarde. La vi como 100 veces ya y no me canso de verla. Me agarra nostalgia cada vez que la veo y cuando pienso que es de 1993 más nostalgia me agarra, porque en esa epoca vivia mi plena infancia. Esta pelicula es genial
- At 8:54 a. m., Alberto Villar Campos dijo...
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Gracias por comentar, Nico. Tenías ¿7 años? en ese entonces. Debió ser una infancia buena con películas en medio. Saludos desde Perú.
- At 7:22 p. m., dijo...
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Sin duda es una buena pelicula aunque es sencilla en su produccion. Cuando la vez te remontas a tu infancia y en definitiva te da nostalgia y, lo que pasa que el reparto es muy bueno no hay dialogos complicados donde dicen cosas que un niño de esa edad no entiende.
Y es una pelicula de recuerdo y no te cansas de verla aunque sea de 1993. - At 7:19 a. m., dijo...
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Bueno, esta pelicula se estreno cuando yo recien habia nacido por lo cual no vi el estreno pero ahora la he visto varias veces ya que me gusta mucho. El perro es adorable
- At 1:27 p. m., dijo...
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Soy chileno, acá el beisbol no se ve más que por televisión, pero creo que esta pelicula resume lo mejor de la infancia, la amistad, la pandilla y esos recuerdos de niño que te unen con tus amigos para siempre, a pesar de los años.