TIEMPO DE VOLVER
lunes, enero 09, 2006
“Garden State” (o Tiempo de volver) es una de esas películas que mezclan correctamente lo independiente (empezando por la historia: jóvenes comunes y corrientes viviendo unas vidas comunes y corrientes; los escenarios y las situaciones, hasta llegar al ‘soundtrack’) con eso que todos conocemos como el guión típicamente comercial estadounidense (sólo que en este caso digerible, incluso con su desastroso y apresurado final), cuya naturaleza permite la satisfacción de la compañía que soltó los millones para el rodaje.
Es una película de esas que saben a familiar, de las que uno se imagina concursando en cuanto festival alternativo ocurra.
Pero hay algo más. Tal vez sea en esa combinación en la que uno puede reconocer –¿o sería mejor decir descubrir?– a un director (Zach Braff, el estúpido protagonista de “Scrubs”, la serie cómica que pasan por Sony) con ambición no sólo artística, sino también comercial. Un director, digamos, astuto, que conoce cómo está hecho el mercado norteamericano y adónde debe uno apuntar para lograr salir del anonimato.
Y con “Garden State” cumplió, a mi parecer, su cometido. Todo (salvo el estúpido final, vuelvo y repito, que sin embargo y por lo corto terminará por borrarse de mi memoria cuando publique esto) en esta película parte de una sola cabeza: la de Braff (una cabeza ingeniosa, algo cuadriculada pero sobre todo desmedida y muy honesta). Y de allí, viene el resto. Es decir, la obra en conjunto:
1) Los personajes, moldeados a su parecer y medida (si fuera posible interpretar a cada uno de ellos sería para él algo así como el paraíso);
2) Los escenarios, bellos y simétricos suburbios de colores, con ancianos y perros y calles mojadas por la lluvia y todas esas cosas sencillas pero valiosas y entrañables; y
3) Las emociones, que primero sobrevuelan al personaje principal (que él mismo interpreta), un perdedor en potencia algo ácido en sus comentarios y romántico y algo desquiciado y muy, pero muy desesperado (aunque no lo parezca); y luego lo hacen con el resto: la chica rara y bonita (Natalie Portman en una actuación memorable, emotiva y rebosante de vida), los amigos (unos perdedores de lo más hilarantes), y el padre (sordo, soberbio, muy de la vida real).
La historia la resumo, si lo anterior no lo hizo, aquí: el actor mediocre vuelve a su ciudad porque su madre ha muerto. Allí, se reencuentra con viejos amigos y con su padre y conoce también a la chica (Portman) que lo acompañará el resto del film. En medio de esto, todas esas cosas vergonzosas y tristes por las que pasa quien vuelva a su ciudad después de un largo tiempo.
Eso. Sólo eso. “Garden State” es la memoria de Zach Braff comprendiéndolo todo después de un largo periodo de espera. De cocción. Braff haciendo un comiquísimo y nada arrogante ‘mea culpa’, bebiendo de muchas cosas que lo rodean y de ninguna en particular. Es Braff contando la historia de un tipo que ha nacido para perder y que seguirá haciéndolo, importe o no. Le importe a él o no. Aunque sea en la ficción. Aunque sea él realmente a quien vemos en pantalla. ¿Alguien se atreve a dudar de la mente de un director como éste: estúpido, como nosotros? Yo no.
Escrito por Alberto Villar Campos @ 11:45 p. m.,
2 Comentarios:
- At 11:44 p. m., dijo...
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mmmmmm
evidentemente tienes madera de crítico....
podrías alcanzar un puesto en alguna libreria o...en una reunión de arte...además, obtendrás una buena ganancia (en esta época un crítico gana más que un poeta)
¡sigue de esa forma!
¡críticos!¡los insondables y abruptos críticos! ....
analogos, copias de la burguesia de hace dos siglos - At 3:54 p. m., dijo...
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a mi me parece una muy buena pelicula y ademas para el poco presupuesto y poco tiempo exelente ... no es como las demas donde el heroe resuelve todo con susu armas o solo drama estupido ..